Tintero de sueños

Banalidades

A media luz, donde me hallo.
A tientas con mi soledad,
a veces tan concurrida.
Reclamo besos que nunca gané
y caricias que no existieron.
Tengo rotos sueños en un cajón
y algún triste pensamiento en el armario.
No sé que ponerme hoy,
si la alegría de estar,
o la tristeza de ausencia.
Perfume, me quedó de un suspiro
y zapatos, los que encontré en tus silencios.
Déjame desnudarme ante ti,
de pasados y melancolías,
que empiece de nuevo ese día
en el que tú sonreías.
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Tintero de sueños

Hoy no hay más…

«Hoy no hay más que llanto ahogado,

se funden la alegría y la risa,
como se funde el acero de espada.
No estás en el aire aunque lo aspire,
no estás en el fuego aunque me queme,
tampoco en el agua y de sed muero.
Quizás te halle en la tierra,
en la arena de una playa virgen,
en la sal que el mar deja en las rocas.
¿Qué dolor cruel es este que me agita?
¡Qué tormento hallar tan sólo
soledades de plomo!
Cuán efímeros fueron ayer tus besos,
y que agonía hoy porque no estás,
y porque no estás, no tengo nada.
Descomunal abismo al que me asomo,
cuando tan sólo una palabra me basta…»

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Tintero de sueños

Es la realidad…

De «Tintero de Sueños»:
 «Es la realidad de esta condena,
la sublime incongruencia de esta calma
que a la tempestad precede.
 Ésta soledad que me crece por dentro,
como un virus
y se queda allí,
entre los días y las noches,
entre la piel y el alma.
 Se suceden los minutos,
en este reloj antiguo y desgastado,
como mis temidos anhelos.
 La luz atraviesa esta ropa corroída
y se cuelan las ganas por los párpados cerrados.
La libertad me encoje y me envenena,
me arrastra y me domina.
Me quedan los recuerdos,
incisivos y recurrentes,
como mis sueños.
Y antes de que me eclipsen tus ojos
y me convierta en piedra,
fingiré que eres viento y yo veleta.»

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