Es el último día del comienzo de todo,
vagando por desiertos de asfalto,
pasa la noche fría con su dolor.
Escribe abriendo la botella del olvido
y bebe despacio porque ya no hay más.
Recostado en su eternidad blanca,
sueña despierto escuchando violines,
que lejanos, asemejan su alma.
Vuela más allá de su realidad palpable,
pero sus pies cansados pesan,
y sus bolsillos tan llenos de nada,
le devuelven a su duro banco,
a su botella vacía,
a su canción infinita…
Muy, pero que muy buena descripción!!! con tu permiso me gustaria trabajar su contenido en un grupo de trabajo.
Y si aun voy mas allá, creo que todos somos ese transeunte que en un momento de nuestras vidas quedamos ahi, soñando despiertos pero sin que nada varie o cambiando al final…
Muchas graciaspor tu comentario, es un orgullo que te sirva para tu grupo de trabajo, espero comentario de los resultados 😉